ABSTRACT:
Como
en la sociedad, está presente también en la escuela la agresividad y
esta agresividad viene a desencadenar problemas de diversa índole.
Los docentes sufren las agresiones de sus propios alumnos, de sus
compañeros, de sus superiores; los educandos sufren las agresiones de
compañeros, de profesores; todos sufren, aunque desde distinta
perspectiva, los dictados de la institución docente y organizacional. Lo
que pasa en la escuela no es más que un reflejo social y a la vez lo
que pasa en la sociedad es la proyección de lo que se gestó en el ámbito
docente.
Las personas, para desarrollarnos plenamente, precisamos ser ciudadanos,
pertenecer a comunidades que aspiran a ser justas.
Asumiendo la propuesta kantiana de educar en valores, pueden ser estos
asumidos como lo óptimos que debe incorporar el ciudadano auténtico a su
vida, porque no existiría maltrato en ninguna de sus formas si
existiese educación de base fundamentada en sólidos valores.
Sólo una concepción de ciudadanía que sepa armonizar libertad y
solidaridad, autonomía personal e integración en comunidades locales,
que sean a la vez cálidas y fuertes, pero también abiertas a la
interculturalidad, resulta digna del ser humano del siglo XXI.
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